Razones Para el Estudio

Razones Para el Estudio

Bhikkhu Bodhi

Traducido por Patricia Burckle

Boletín de la Buddhist Publication Society No. 5 (Invierno 1986)

El reciente aumento en el interés por el buddhismo, tanto en Oriente como en Occidente, se ha caracterizado por una fuerte orientación hacia la práctica y una urgencia por descubrir la paz y libertad a la cual conduce a la práctica del Dahmma. Sin embargo, este celo por la práctica a menudo se acompaña de otro rasgo, que pudiera no ser tan fructífero, a saber, la tendencia a abandonar o minimizar el estudio metódico de las enseñanzas del Buddha. Las razones que se dan en defensa de esta actitud han llegado a convertirse en algo familiar. Por ejemplo se dice que el estudio tiene que ver con palabras y conceptos y no con realidades; que únicamente conduce al conocimiento pero no a la sabiduría; que solamente puede cambiar nuestras ideas pero falla en tocar los niveles más profundos de nuestras vidas, Y para remachar el caso, se alista el testimonio del mismo Buddha en sus famosos comentarios de que aprender mucho, sin practicar, es como contar las vacas de otros o cargar una balsa en la cabeza, en vez de usarla para cruzar el río.

Este argumento, ciertamente, tiene aspectos que son verdaderos, pero también sufre el defecto de hacer énfasis en un sólo aspecto, el cual de hecho puede impedir, en vez de ayudar, el progreso en el sendero buddhista. Es verdaderamente cierto que es improductivo aprender sin practicar, pero también debemos considerar el otro aspecto de este asunto. ¿Debe una persona tener vacas si no sabe como cuidarlas?, o ¿Debe tratar de cruzar un río revuelto y peligroso sin saber como manejar una balsa?. El mismo Buddha insistió que sus seguidores conocieran y transmitieran el Dahmma tanto en la letra como en el espíritu. Pero, en vez de apelar a fórmulas tradicionales, indaguemos en el valor y función del estudio del Dahmma

Debemos enfatizar que el asunto en cuestión no es el estudio de una disciplina académica o la acumulación de un valioso conocimiento, sino la adquisición de un sólido conocimiento práctico de las doctrinas básicas buddhistas. Para darnos cuenta de por qué esto es tan esencial, debemos recordar que la totalidad de la práctica correcta del sendero buddhsita se desarrolla a partir del acto mediante el cual entramos al sendero – el ir por refugio a la Triple Gema. Si hemos dado este paso con honestidad, con motivación correcta, implica que hemos reconocido la necesidad de dirección espiritual y que hemos puesto nuestra confianza en el Buddha como nuestro guía y en sus enseñanzas como el vehículo rector.

Mediante la toma de refugio en el Dhamma aceptamos, no solamente una técnica de meditación que podemos usar con libertad para nuestros propósitos, sino una enseñanza amplia y profunda acerca de la verdadera naturaleza de la condición humana, una enseñanza diseñada para despertar en nosotros una percepción de esta verdad como medio para alcanzar el final total del sufrimiento .La liberación que el Dahmma ofrece, viene no solamente de la práctica de la meditación en el contexto de nuestros deseos y preconcepciones, sino de practicar sobre los fundamentos del recto entendimiento y las rectas intenciones comunicadas a nosotros por Buddha.

La capacidad de conocer en el sendero buddhista eleva el estudio doctrinal y la investigación intelectual a una posición de gran importancia. Aunque el conocimiento que libera la mente de las ataduras surge únicamente de la intuición penetrante y no de una masa de hechos doctrinales, la genuina penetración interna siempre se desarrolla sobre las bases de una comprensión conceptual preliminar de los principios básicos esenciales para el recto entendimiento, en ausencia del cual su crecimiento sería inevitablemente obstruido. El estudio y la reflexión sistemática, mediante los cuales llegamos a este recto entendimiento preliminar, implica necesariamente conceptos e ideas. Pero, antes de descartar el estudio del Dahmma, como si fuera solamente una maraña de verborrea que no vale la pena, consideremos que los conceptos y las ideas son nuestras herramientas indispensables para entendernos y comunicarnos. Sin embargo, los conceptos pueden ser válidos o no para el entendimiento; las ideas pueden ser fructíferas o no, capaces de traer un enorme beneficio o imponer un gran daño. El objeto que tiene el estudio del Dahmma, como parte de nuestra búsqueda espiritual, es aprender a comprender correctamente nuestras experiencias: poder distinguir lo válido de lo no válido, la verdad de lo falso, lo sano de lo insano.

Solamente mediante una investigación completa y cuidadosa es que estaremos en posición de rechazar lo que es perjudicial para nuestro conocimiento y dedicarnos con confianza a cultivar lo que es verdaderamente beneficioso. Sin haber alcanzado la claridad conceptual preliminar, sin haber tenido éxito en ‘aclarar nuestro entendimiento’ puede, ciertamente, haber la práctica seria de las técnicas de la meditación buddhista, pero no habrá la práctica de la meditación que pertenece íntegramente al Noble Óctuple Sendero . Y mientras que dicha meditación, sin bases, puede traer a sus practicantes los beneficios mundanos de mayor tranquilidad, consciencia y ecuanimidad, al faltar la guía del recto entendimiento y la fuerza de la recta motivación, es cuestionable si puede conducir a la comprensión penetrante del Dahmma o a su meta final, la total cesación del sufrimiento.

Es casi imposible dar una palabra que aconseje sobre el asunto del estudio que pueda aplicarse a todos los seguidores del Dahmma. Las necesidades y los intereses varían de una persona a otra, por lo que cada cual tendrá que encontrar el balance que le convenga entre el estudio y la práctica. Pero sin duda se puede decir que todo aquel que se dedique seriamente a vivir las enseñanzas del Buddha, encontrará que su práctica se reforzará mediante el estudio metódico del Dahmma. Por supuesto que tal empresa no será fácil, pero sólo enfrentando y superando los retos que encontremos es que madurará nuestro entendimiento en una sabiduría superior.