Capítulo Siete

C A P Í T U L O   S I E T E

Preguntas Hechas a un Lado: I

.

Dado que el foco principal del Buddha como maestro estaba en distinguir si los actos son hábiles o inhábiles en conducir al despertar, y dado que las actividades de hacer y responder una pregunta cuentan como actos, es natural que tuviese que enfocarse en el asunto de qué preguntas son hábiles de responder y cuáles no. Con algunas preguntas, concluyó que sería inhábil responderlas en ciertas situaciones, pero no en otras, en gran medida por razones de ética. Con otras preguntas, concluyó que sería inhábil responderlas en toda situación pues eran inherentemente no conducentes al despertar.

Las preguntas que el Buddha hace a un lado caen entonces en dos categorías distintas. La primera consiste en preguntas que pueden tener respuestas veraces y beneficiosas, pero que el Buddha hace a un lado por consideraciones de tiempo y lugar. La segunda categoría, consiste en preguntas para las que no hay respuesta beneficiosa — en algunos casos, el asunto se deja abierto respecto a si hay una respuesta verdadera o falsa — así que el Buddha las hace a un lado independiente del tiempo y lugar. Discutiremos la primera categoría en este capítulo, y la segunda categoría en el siguiente.

Solo unas pocas preguntas caen en la primera categoría, y cubren dos temas: las enseñanzas y logros de los maestros de otras sectas, y los resultados de formas inhábiles de estilo de vida. Estos son temas sensibles, especialmente para un maestro que quiere evitar el daño que viene de desacreditar a otros o de exaltarse a sí mismo.

            Las respuestas categóricas correctas respecto a estos temas son en realidad bastante claras. Respecto al primer tema, hemos ya señalado en el Capítulo Tres el pasaje de SN 48:53 [§144] que señala que una de las realizaciones seguido al logro de la entrada-en-la-corriente, el primer nivel de despertar, es esta:

“Además, el monje que es un aprendiz [aquel que ha logrado cualquiera de los tres primeros niveles de despertar] reflexiona, ‘¿Hay fuera de este [Dhamma & Vinaya] algún contemplativo o brahmán que enseñe el verdadero, genuino, y preciso Dhamma como el Bendito?’ Y discierne, ‘No, no hay ningún contemplativo o brahmán fuera de este [Dhamma & Vinaya] que enseñe el verdadero, genuino, y preciso Dhamma como el Bendito.’”

Este punto es secundado en MN 48 [§143]:

“Además, el discípulo de los nobles considera esto: ‘¿Hay fuera de este [Dhamma & Vinaya] algún otro contemplativo o brahmán dotado con el tipo de perspectiva con el cual yo estoy dotado?’

“El discierne que, ‘No hay otro contemplativo o brahmán fuera de este [Dhamma & Vinaya] dotado con el tipo de perspectiva con el cual  yo estoy dotado.’ Este es el tercer conocimiento logrado por él que es noble, trascendente, no sostenido en común con las personas comunes y corrientes.”

Este hecho no es siempre señalado en modo general e impersonal. Ocasionalmente el Buddha, al hablar a los monjes, escogería a un maestro sectario particular para la crítica dura. Como puede esperarse — dado que el principio básico de su enseñanza concierne a la acción y el resultado — reservó su crítica más dura para un maestro, Makkhali Gosāla, quien enseñaba que la acción no rinde fruto alguno.

            Conocemos la doctrina de Makkhali principalmente como es reportada por el Rey Ajātasattu. La versión del reporte del rey parece de alguna manera irónica, tanto por la naturaleza bizarra de algunos de los detalles — los distintos tipos de de esferas-de-polvo, plantas enlazadas, precipicios, y sueños — y porque es poco probable que el rey haya realmente recordado todos ellos. No obstante, es la versión más completa que tenemos de las enseñanzas de Makkhali.

[King Ajātasattu:] “En otra ocasión me acerqué a Makkhali Gosāla y, al llegar, intercambié saludos amistosos con él. Luego de un intercambio de saludos amistosos y cortesías, me senté a un lado. Sentado ahí, le pregunté, ‘Venerable Gosāla, existen estos artesanos comunes…. [see §5] Viven de los frutos de sus artesanías, visibles en el aquí y ahora… ¿Es posible, venerable Gosāla, señalar un fruto similar de la vida contemplativa, visible en el aquí y ahora?’

“Cuando esto fue dicho, Makkhali Gosāla me dijo, ‘Gran rey, no hay causa, no hay condición requisito, para la impurificación de los seres. Los seres son impurificados sin causa, sin condición requisito. No hay causa, no hay condición requisito para la purificación de los seres. Los seres son purificados sin causa, sin condición requisito. No hay nada auto-causado, nada otro-causado, nada humano-causado. No hay fuerza, ni persistencia, ni energía humana, ni intento humano. Todos los seres vivos, toda la vida, todos los seres, todas las almas son impotentes, desprovistos de fuerza, desprovistos de persistencia. Sujetos al cambio del destino, la casualidad, y la naturaleza, son sensibles al placer y dolor en las seis grandes clases de nacimiento.’

            “‘Existen 1.406.600 modos principales de origen. Hay 500 tipos de kamma, cinco tipos, y tres tipos; kamma completo y kamma a medias. Hay 62 caminos, 62 sub-eones, seis grandes clases de nacimiento, ocho clases de hombres, 4.900 modos de estilo de vida, 4.900 tipos de errantes, 4.900 residencias-de-Nāgas, 2.000 facultades, 3.000 infiernos, 36 esferas-de-polvo, siete esferas de seres percipientes, siete esferas de seres no-percipientes, siete tipos de plantas entrelazadas, siete tipos de deidades, siete tipos de seres humanos, siete tipos de demonios, siete grandes lagos, siete nudos mayores, siete nudos menores, 700 precipicios mayores, 700 precipicios menores, 700 sueños mayores, 700 sueños menores, 84.000 grandes eones. Habiendo trasmigrado y errado por estos, el sabio y el necio de igual manera pondrán fin al dolor.

            “‘Aunque uno piense, “Mediante este hábito, esta práctica, esta austeridad, o esta vida sagrada haré madurar kamma no-madurado y eliminaré kamma madurado cuando sea tocado por este” — eso es imposible. Placer y dolor siendo medidos, el errar estando fijo en sus límites, no hay acortamiento o alargamiento, ni aceleramiento ni ralentización. Tal como una bola de cuerda, al ser tirada, llega a su fin simplemente desenrollándose, de igual manera, habiendo trasmigrado y errado, el sabio y el necio por igual pondrán fin al dolor.’

“Así, al ser preguntado acerca del fruto de la vida contemplativa, visible aquí y ahora, Makkhali Gosāla respondió con la purificación mediante el errar.

Tal como si una persona, al preguntársele acerca de un mango, fuese a responder con un fruto del árbol del pan; o, cuando se le pregunta sobre un fruto del árbol del pan, fuese a responder con un mango; de igual manera, al preguntársele acerca de un fruto de la vida contemplativa, visible aquí y ahora, Makkhali Gosāla respondió con la purificación mediante el errar.” — DN 2

Al hablar a sus monjes, el Buddha criticó a Makkhali — y a su enseñanza — en términos para nada poco inciertos.

“Monjes, así como una manta de cabellos es juzgada por ser la más miserable de las telas tejidas — una manta de cabellos fría en lo frío, cálida en lo cálido, de mal aspecto, de mal olor, mala al tacto — de igual manera, la enseñanza de Makkhali es juzgada por ser la más miserable de las enseñanzas de los contemplativos comunes y corrientes. El hombre indigno Makkhali tiene esta enseñanza, esta perspectiva: ‘No hay acción. No hay actividad. No hay persistencia.’

            “Aquellos en el pasado que fueron dignos, correctamente auto-despiertos: Aquellos Benditos fueron maestros de la acción, maestros de la actividad, maestros de la persistencia. Pero el hombre indigno Makkhali contradice incluso a ellos, (diciendo,) ‘No hay acción. No hay actividad. No hay persistencia.’

“Aquellos en el futuro que serán dignos, correctamente auto-despiertos: Aquellos Benditos serán maestros de la acción, maestros de la actividad, maestros de la persistencia. Pero el hombre indigno Makkhali contradice incluso a ellos, (diciendo,) ‘No hay acción. No hay actividad. No hay persistencia.’

            “Yo en el presente que soy un digno, correctamente auto-despierto,

soy un maestro de la acción, un maestro de la actividad, un maestro de la persistencia. Pero el hombre indigno Makkhali me contradice incluso a mí, (diciendo,) ‘No hay acción. No hay actividad. No hay persistencia.’

 “Tal como una trampa que se pusiese en la boca de un río para el daño, dolor, mala fortuna, y destrucción de múltiples peces; de igual manera, el hombre indigno Makkhali ha surgido en el mundo como una trampa, por decirlo así, para los seres humanos, para el daño, dolor, mala fortuna, y destrucción de múltiples seres.” — AN 3:138

Por lo tanto es claro que, desde el punto de vista del Buddha, no hay maestros despiertos fuera de su dispensación, y muchos de los otros maestros fuera de su dispensación enseñan doctrinas que son claramente dañinas.

En cuando al tema del estilo de vida inhábil, el principio general es claro también: Toda ocupación que conlleve matar a otros o excitar la codicia, aversión, y delusión en uno mismo o en otros conduce a resultados desafortunados, incluyendo destinos indeseables después de la muerte [§§145-146]. Incluso si la ocupación no involucra inherentemente una actividad inhábil, si uno la sigue en modo deshonesto, puede llevar a los mismos resultados indeseables [§111]. Similarmente, si una práctica ascética conlleva desarrollar hábitos o perspectivas inhábiles ello conduce a un mal destino [§147]; e incluso si no, pero uno la sigue en modo deshonestos, el resultado puede ser el mismo [§148].

            Pero aún cuando los principios generales tras ambos temas son claros, las preguntas basadas en ellos pueden rápidamente volverse personales, llevando a algunos oyentes a resentirse con las respuestas francas. Si un maestro, al dirigirse a personas que no están comprometidas con su enseñanza, habla desacreditando los logros de otros maestros, sus motivos son motivo de sospecha. Si critica a aquellos que siguen una ocupación en particular, arriesga el ponerse como juez, condenando a otras personas que no le pidieron su opinión. De esta manera, puede alienar a grandes cantidades de potenciales oyentes incluso antes de que hayan tenido la oportunidad de oír el Dhamma.

            Por ende la política del Buddha en casos como este era responder a estas preguntas solo en contextos en que sus respuestas probablemente fuesen bien recibidas. En otras instancias, las hacía a un lado. Los discursos muestran dos situaciones en las que un maestro podría estar seguro de la receptividad del oyente. En §§145-147, esta receptividad es mostrada por el hecho de que el oyente repite su pregunta tres veces — una señal de sinceridad en India en el tiempo del Buddha. En §111, es evaluada por el hecho de que el Ven. Sāriputta ya está en términos familiares con Dhanañjāni, la persona a la que está instruyendo.

            Aún cuando Dhanañjāni no pide el consejo del Ven. Sāriputta respecto a cómo se gana la vida, el Ven. Sāriputta asume — correctamente — que Dhanañjāni considerará su consejo como un acto de amabilidad y responderá a él bien.

            De los dos temas cubiertos por las preguntas enumeradas en este capítulo, el trato del Buddha acerca del tema del estilo de vida es el más simple y fácil de describir — aún cuando el estilo de vida correcto, de todos los factores del noble camino óctuple, es definido en los términos más vagos.

 

“¿Y qué es, monjes, el estilo de vida correcto? Está el caso en que un discípulo de los nobles, habiendo abandonado el estilo de vida deshonesto, mantiene su vida con el estilo de vida correcto: Esto, monjes, se llama estilo de vida correcto.” — SN 45:8

MN 117 expande esta definición levemente definiendo el estilo de vida incorrecto para los monjes.

“¿Y qué es el estilo de vida incorrecto? Maquinar, persuadir, insinuar, subestimar, y perseguir ganancias con ganancias.”

DN 2 expande más este pasaje con una larga lista de ocupaciones que un monje debe evitar. Sin embargo, dado el aún más amplio rango de ocupaciones seguidas por los laicos, es sorprendente que el Canon de solo una breve lista de ocupaciones laicas indeseables, e incluso que no esté fraseada como una condena universal. Simplemente señala que un seguidor laico Buddhista debe evitar estos tipos de negocios.

“Monjes,  un seguidor laico no debe involucrarse en cinco tipos de negocio. ¿Cuáles cinco? Negocio en armas, negocio en seres vivos [esto incluye la venta de esclavos], negocio de carnes, negocios de intoxicantes, y negocios de venenos.” — AN 5:177

Una de las razones de la reticencia general del Buddha acerca de este tema es sugerida por los pasajes §§145-147: Las personas pueden reaccionar desfavorablemente al decírseles que su ocupación o práctica es inherentemente inhábil y conducente a un mal renacer. El enfoque del Buddha en estos casos era simple. No condenaba la ocupación de una persona en su cara a menos que la persona hubiese mostrado su sinceridad al pedir la opinión del Buddha respecto al asunto repitiendo la pregunta hasta tres veces. Incluso entonces el Buddha no condenaba simplemente la ocupación — servir como soldad y la actuación (teatral) son ejemplos dados en los discursos — sino que explicaría además por qué es inherentemente inhábil. Seguía el mismo enfoque al ser preguntado por prácticas ascéticas.

            La habilidad del enfoque del  Buddha aquí se demuestra por el hecho de que, con una excepción, todos sus interlocutores en estos casos toman refugio en la Triple Gema.

            La única excepción es Seniya, el asceta de práctica-de-perro, quien va incluso más allá: Abandona su práctica-de-perro, se ordena, y se convierte en arahant.

            En cuanto a ocasiones en que personas que no eran seguidores comprometidos del Buddha le preguntaban acerca de las enseñanzas y logros de los maestros de otras sectas, los ejemplos reunidos en este capítulo muestran la variedad de modos en que, habiendo hecho la pregunta a un lado, el Buddha se dirigía a la pregunta subyacente de sus oyentes de otras maneras.

            Uno de sus acercamientos principales era hacer a un lado una pregunta enmarcada en términos personales, y luego proponer su propia pregunta relevante al mismo tema pero enmarcada en principios más generales. Esta estrategia es similar a dar una respuesta analítica a la pregunta original, ya que reemplaza un modo de análisis por otro, pero el hecho de que el Buddha hace a un lado la pregunta original muestra que está haciendo más que simplemente responder la pregunta desde un ángulo distinto; está enseñando a sus oyentes principios generales cuyo rango de aplicación va mucho más allá de la pregunta original. Por ejemplo, en AN 3:66 [§149], cuando los Kālāmas — retratados como un grupo de escépticos — le preguntan sobre otros maestros que les han enseñado en el pasado, el Buddha hace la pregunta a un lado y luego, contra-preguntándoles, les enseña cómo aplicar el principio del kamma al asunto de juzgar una enseñanza: El veredicto es logrado pragmáticamente evaluando los resultados que vienen al poner la enseñanza en acción. Este principio — el mismo principio que el Buddha usó en su propia búsqueda por el despertar — puede ser aplicado a otras áreas de la vida en que los Kālāmas necesitan obtener seguridad. Los  Kālāmas responden todos a esta enseñanza tomando refugio en la Triple Gema.

            En AN 9:38 [§156], dos cosmólogos brahmanes vienen al Buddha con un dilema: Dos maestros sectarios, Pūraṇa Kassapa y Nigaṇṭha Nāṭaputta, ambos claman tener conocimiento omnisciente del cosmos, pero el primero afirma que el cosmos es finito, mientras que el segundo afirma que es infinito. ¿Cuál de los dos dice la verdad? El Buddha hace la pregunta a un lado y luego ofrece una respuesta doble. Primero señala que no es posible físicamente llegar al final del cosmos material, pero luego comienza a redefinir cosmos como  las cinco cuerdas de la sensorialidad, diciendo que una búsqueda mucho más significativo sería llegar al final del cosmos en este sentido mediante el logro de los nueve logros meditativos. El discurso no registra cómo responden los dos brahmanes a esta enseñanza.

            En MN 30 [§150], el brahmán Piṅgalakoccha nombra a algunos de los maestros destacados de la época, preguntándole al Buddha si es que todos ellos están despiertos, solo algunos, o ninguno en absoluto. La respuesta del Buddha, después de hacer la pregunta a un lado, es describir paso-a-paso cómo una persona lograría el despertar practicando el Dhamma. El discurso no da indicación del motivo de Piṅgalakoccha para hacer la pregunta, pero responde a la respuesta del Buddha tomando refugio en la Triple Gema.

            En DN 16 [§151], se le hace la misma pregunta al Buddha en su lecho de muerte por Subhadda el errante. Nuevamente el Buddha hace la pregunta enmarcada en términos personales a un lado y la responde con un principio general: Los despiertos han de ser hallados solo en una enseñanza que contenga el noble camino óctuple. Luego, sin embargo, habiendo establecido este principio general, el Buddha responde la pregunta original de Subhadda, diciendo que no hay personas despiertas fuera del Dhamma y Vinaya — su denominación para su enseñanza. Quizás el Buddha sintió que la motivación de Subhadda era distinta de la de los Kālāmas — él estaba buscando a un maestro con quien estudiar — y la primera respuesta del Buddha fue tan inspiradora que Subhadda estaba listo para oír la respuesta directa a su pregunta. O el Buddha pudo haber visto que — después de identificar el camino al despertar en términos impersonales en vez de personales — estaba en posición para señalar lo obvio: que ninguna otra enseñanza contiene el camino necesario. En todo caso, esta estrategia fue tan exitosa que Subhadda pidió la ordenación y, poco después de su conversación, se convirtió en arahant.

            Quizás el aspecto más inspirador de estas respuestas es que, aún cuando las preguntas parecerían darle al Buddha una apertura para arremeter contra sus oponentes o personas de una ocupación particular, no toma ventaja de la apertura. En vez, usa las preguntas como una oportunidad para enseñar el Dhamma en términos de principios generales. Al hacer esto trabaja por el beneficio real de sus oyentes — otro ejemplo de la naturaleza responsable y empática de su forma de enseñanza.